XVII
Y nunca es tarde para volver.
A veces es mejor no volver nunca y abrazar sueños de papel y mates con bombillas compradas en el extranjero made in china, directo de argentina
XVII
Y nunca es tarde para volver.
A veces es mejor no volver nunca y abrazar sueños de papel y mates con bombillas compradas en el extranjero made in china, directo de argentina
XVI
El recuerdo y la necesidad de tenerla para no ser tan minimalistas ni tan bauhaus, navegar por los tiempos eternos de saberse en un lugar y no poder sacar el pie de la tierra, antes que despegue el avión, del lugar del cual partís y nunca sabés cuando será el tiempo de largar las alas y volar.
XV
Que angustia el desarraigo, lo gris cercano a lo blanco, lo casi puro, pero de no tan puro como el blanco, se vuelve gris y no es tan impúdico como para ser negro, la línea media de la mediocridad.
XIV
Veo avioncitos yendo hacia el sur y águilas volando hacia el este, los caracoles son la insignia de los ejércitos y otra vez el magma caerá sobre la humanidad, porque un nuevo imperio colonizará las tierras del nuevo y viejo continente.
No habrá suficiente sangre para bañar las tierras expropiadas de sus verdaderos dueños, las plantas.
Entonces plantas carnívoras plagarán la tierra y ZAKATE nos van a comer enteritos, y nosotros pasaremos a ser la savia de la futura vida en esta tierra, no sólo del polvo venimos y al polvo vamos, sino que seremos sangre del propio polvo, madre tierra (¡allá vamos!).
DeExtractosTerrenosFangomentales:
-TRECE-
tu pética y mi ética se encontraron en una esquina sintética, chocaron con hermenéutica y de tanta poética se convirtieron en hipotética.
DeExtractosTerrenosFangomentales:
(Doce)
Enséñame a caer, enséñame a saltar, De niños jugamos a perdernos en olvidos y encuentros, cuando no se ama no se siente dolor por el olvido, es SÓLO juego. Hasta se llora por amor perdido.
Juguemos otra vez.
(Once)
Necedad.
Sordera.
Espéculo.
Cavernas ocultas.
Muerte tras la montaña de sentidos.
(Diez)
No se puede ser luz, sin ser sombra, esconderse en la presencia, para poder salir de tanta hojarasca metida en las orejas.